14 marzo, 2024

VIAJE A ANDALUCÍA - 3er Día - De Vilafranca del Penedès al Perelló

 14 de Marzo -3er Día - De Vilafranca del Penedès al Perelló-mar

Salimos de Vilafranca a primera hora, como siempre, tras vaciar y llenar aguas y sacar al perro a dar una vuelta.

Hoy hemos hecho algo mas de 120 kilómetros, que como en muchas otras ocasiones hemos procurado evitar hacerlos por autopista. Las autopistas y autovías van muy bien para recorrer distancias largas en las que no vayas a parar. El resto de carreteras, por el contrario, no son tan rápidas, puesto que suelen ser de doble dirección, con mas curvas y con mas limitaciones de velocidad, pero te permiten cruzar algunos pueblos o ciudades y parar en ellos, si se ven interesantes, como nos sucedió en la población de l'Arboç

Paramos en L'Arboç, atraídos por la torre de la conocida Giralda de l'Arboç, de estilo árabe. Su arquitectura es sorprendente, y su historia, también.

El artífice de esta obra fue el vecino de l'Arboç Joan *Roquer y Marí. Desprendido de su viaje de boda en Andalucía, los adinerados esposos reciente casados volvieron a Cataluña entusiasmados por la arquitectura árabe. Residentes en Barcelona, desde donde se atenían los negocios familiares, en un momento dado decidieron hacerse una residencia de verano donde quisieron reproducir miméticamente los elementos que más lo sorprendieron de la arquitectura árabe presente en Andalucía.



Muy llamativa, la torre de la Giralda
de l'Arboç. Se ve desde muy lejos.
La emblemática Giralda de l'Arboç, la calle Mayor, la plaza de la Vila, la iglesia de Sant Julià, las fachadas de estilo modernista con las casas porticadas de la plaza, Palacio Gener y Batet, el Hospital de San Antonio Abad, etc.. L'Arboç está lleno de belleza arquitectónica capaz de embelesar a cualquier visitante.





Seguimos ruta hacia El Perelló. A unos 5 km, a tocar del mar, hay unas explanadas habilitadas para autocaravanas, y allí paramos, dispuestos a pasar una o dos noches.

Genial. Todos los que estamos allí sacamos mesas y sillas, y podemos disfrutar de un entorno maravilloso.

Por la tarde salimos a dar una vuelta por el paseo, desde donde se ven unas formas rocosas muy curiosas y  grandes playas de arena gorda. Precioso.




Ron también disfruta mucho, 
corriendo por la arena.

Tenemos a la Peregrina a pocos metros del paseo marítimo, en una gran explanada de tierra, junto a otras autocaravanas (todos con perros, algunos con niños).

El sol calienta y tomamos el sol perezosamente. Por la noche sacamos el hornillo de alcohol a la calle para cocinar unas sardinas abiertas y sin espina, con mucho pimentón, evitando así que toda la casita huela a pescado.

Pasamos una noche muy tranquila, con el sonido de los trenes a lo lejos. ¿Mercancías, tal vez? Sean lo que sean, no molestan en absoluto.

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