21 marzo, 2024

VIAJE A ANDALUCÍA - 10º Día - De Sagunto a casa de mi hermano, en Llíria

 21 de marzo - 10º Día - De Sagunto a Llíria.

Ayer llamé a mi hermano y quedamos en vernos, hoy y mañana. Ya que pasamos por Valencia, sería imperdonable que no nos viéramos.

Mi hermanito, con el perro de la Núria.
Él no llegará a su casa hasta las cuatro de la tarde y tenemos que hacer tiempo.

Paramos en Llíria. No es gran cosa, la Iglesia, la Plaza Mayor, una larga calle llena de comercios, y en lo alto de un cerro, no muy lejos, un convento, que destaca por sus paredes blancas y su gran tamaño. Miro si se puede visitar, pero sólo abren los sábados, y hoy es jueves.

Llíria, Plaza Mayor

Por un rato aparcamos en una explanada muy cerca de la estación de tren. Es de tierra, con muchos baches, pero bastante grande, y supongo que, aunque sea al final de todo, siempre habrá sitio.

Vamos a un super, compramos cuatro cosas y nos vamos a las afueras, a una calle bastante ancha, rodeada de campos de naranjos y mandarinos. Hay gente, por allí. Creo que toda esta gente están vigilando, que no les recojan y les roben la fruta. Un vigilante, que da vueltas por las parcelas; una mujer que alega ir recogiendo plásticos y basura variada; y algunos coches que van arriba y abajo.

Por la tarde, después de comer vamos a casa de mi hermano, una finca que es un diseminado a 10 kilómetros de Llíria. La carretera es estrecha, pero está en buen estado.

La entrada de la finca.

Cuando llegamos allí se forma un buen jaleo. En la finca hay cinco perracos muy grandes, que pertenecen al dueño de la finca, y que están sueltos. Ya os podéis imaginar cómo se pusieron con Ron, nuestro perro... 

No sabíamos qué hacer. Si nos llevábamos a Ron, atado, los cinco perros nos seguían y Ron se ponía frenético. Yo no podía con él. 

Probamos a dejarlo en la Peregrina, pero los demás rodearon la autocaravana, y Ron empezó a saltar como un poseso por todo su interior. ¡Madre mía! No sé ni cómo no se rompió el cuello saltando arriba y abajo de la cama, cuya altura es considerable... Además, rompió un oscurecedor, arañando...

Luego lo llevamos a casa con nosotros. Parecía una buena opción, pero allí estaba el toca-pelotas del perro de Núria. Es de raza no identificada, pero muy escandaloso, ruidoso, ladrando todo el rato, taladrándonos toda la noche.

Después de cenar nos fuimos a dormir a la Peregrina. Creo que por la noche los perros no se acercaron. Para sacar de paseo a Ron, a hacer sus necesidades, tuve que coger un buen garrote e ir espantando perros. Al final parecían tolerarse un poco... tal vez conviviendo unos días más se solucionaría, pero nosotros sólo pasaremos aquí un par de noches...

Por cierto, Núria no está por aquí. Se  supone que tenía asuntos médicos que resolver y pasará el finde en casa de sus padres... En fin... Nos hacía ilusión verla a ella también...

Cenamos y nos volvemos a la Peregrina, a dormir. Parece que los perros también están durmiendo. No se oye nada en toda la noche...

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