06 abril, 2024

VIAJE A ANDALUCÍA - 26º Día - De Úbeda a La Guardia de Jaén

 6 de abril - 26º Día - De Úbeda a La Guardia de Jaén

Es sábado, y el temor a que las carreteras se llenen de más coches de lo normal, hacen que antes de las ocho de la mañana ya estemos rodando.

A las nueve ya hemos sobrepasado Baeza y nos desviamos un poco para entrar en el pequeño pueblo de Puente del Obispo. 

Seguimos en tierra de olivos...

Somos unos maniáticos en el sentido de hacer siempre una parada al poco rato de circular por la carretera. El motivo, pues para tomar un café. El caso es que ya hemos tomado uno en la Peregrina. De hecho es lo primero que hacemos al poner los pies en el suelo. Pero  el hecho de buscar un bar (donde se pueda para cerca), tomar un café, sacar al perro a hacer un pis, y estirar un poco las piernas, ya se ha convertido en una rutina casi, casi, de obligado cumplimiento. 

Localizamos un bar en el pueblecito de Puente del Obispo y, mientras estamos dentro tomando el café, escuchamos un coche tocar el claxon. Pensábamos que molestábamos a algún coche (en estas paradas en busca del primer café, que suelen ser a pie de carretera), solemos aparcar casi delante de la puerta, medio torcidos, o como sea, procurando molestar lo menos posible. Salimos a mirar, pero no. Era el panadero, que viene todos los días con una furgoneta a repartir el pan. Por eso hace sonar el claxon, para avisar a la gente.

Aprovechamos y le compramos pan del día y algunas pastas para desayunar.

Seguimos nuestro camino, en dirección a Granada. No entramos en Jaén, y no porque no lo merezca, sino porque queremos evitar al máximo las ciudades grandes. Hay que aparcar lejos del centro, coger transporte público, y el perro se tiene que quedar muchas horas sólo en la Peregrina, puesto que en la mayoría de sitios no le dejan entrar (empezando por el transporte público).

De capitales andaluzas tenemos previsto visitar Granada y Córdoba. Tal vez Sevilla, pero como coincidan con la Feria de Abril, los días que estemos por allí, ni en sueños. Demasiada gente.

Pasamos Jaén, y ya en dirección a Granada, paramos en el pueblo de La Guardia de Jaén, en una área baste bien situada, a los pies del Castillo de La Guardia. 

Área para autocaravanas en La Guardia de Jaén

Hace calor, mucho calor. 28/29 grados, y un fuerte viento del sur, muy caliente y desagradable, todo ello aliñado con una espesa calima que no invita a salir para nada.

El castillo, que lo tenemos casi sobre nuestras cabezas, visita obligatoria. Y callejear por su casco antiguo también.

Vistas del castillo.

Iglesia Torre-Campanario de Santa María.




algunas salas con paneles informativos. 

Castillo de La Guardia de Jaén. Es una fortaleza de considerables dimensiones, asentado sobre vestigios íberos. La mayor parte de su estructura defensiva fue construida en la época de Al-Ándalus, con remodelaciones posteriores, principalmente del alcázar para servir de residencia señorial o palaciega en los siglos XV y XVI. Desde la Torre del Homenaje se domina una impresionante panorámica que nos muestra Sierra Mágina, Sierra Morena y los campos de La Loma. El castillo de origen árabe, es la principal joya arquitectónica de la localidad, junto con la Iglesia parroquial de la Asunción, que data del siglo XVI.



Callejeando...

Lavadero Público de la II República.


Restaurante "PACOMER"
Un nombre original.
Esta noche tenemos partido de futbol bastante interesante. La final de la Copa del Rey, entre el Atlético de Bilbao y el Mallorca. Brutal movilización de gente. Si se movilizaran igual para ir a votar, las cosas podrían ser diferentes, muy diferentes...

Por la tarde-noche me siento muy cansada. Claro que, los 28/29º que hay en la calle, y que hace tres días no alcanzaban los 5 ó 6 grados, estos cambios de tiempo tan radicales tampoco ayudan demasiado.

Por la noche se dispara la alarma de gases que llevamos instalada en la autocaravana. La paramos y a los dos minutos está sonando de nuevo. Esta alarma no va a pilas. Va instalada y conectada a la red eléctrica, por lo que nos estamos volviendo locos al no poder apagarla. Las que van con pilas, se extraen estas y se acabó el problema. Pero en esta, no hay forma de que deje de chillar. Y lo hemos probado todo! Hay un botón que, a pesar de pulsarlo de todas las formas posibles, creo que no funciona.

Al final, Pepe, ya cabreado como un mono, cogió unas tijeras y cortó el cable.

Uuuuffffff.... Por fin dejó de sonar la maldita alarma!

Claro que... la calefacción, el agua caliente y la chispa del fogón de la cocina, también dejaron de funcionar... Mañana con luz habrá que mirar si no se ha fundido un fusible...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

TU OPINIÓN ES MUY IMPORTANTE